07 diciembre, 2005

Que vivan las propiedades del aguardiente

Y que mueran las consecuencias al día siguiente. El ratón de ayer parecía un canguro. Eso de beber de más, llegar al acto de graduación todavía prendido y que el ratón se te dispare en medio del acto junto con una deshidratación de padre madre y señor, teniendo que estar sentado en primera fila con el rector delante no es nada divertido.

Esto me enseña a no llegar pasado de tragos directo a la cama para luego levantarme directo a bañarme y a vestirme para ir a hacer algo más... sin tener chance de comer nada ni de tomar ni siquiera un baso de agua. El resultado es que no probé una gota de agua hasta después de las 12. En fin. Ya pasó todo.

Lo que más gracia me hizo de este cuento fue un amigo mio diciendo que hubiera querido comprar la pea mía y la de otro amigo nuestro, porque el no fue capaz de rascarse. Entre él y otro carajo se tomaron solamente media botella.